Hacía mucho que no me atendían tan bien en ningún sitio. Desde que llegas todos son sonrisas y palabras agradables. La dueña te explica todo fenomenal para que puedas llegar, además reservando aquí te aseguras tu sitio en la playa. La comida riquísima, pedimos un tomate que era espectacular, del huerto. Un arroz a banda muy bueno y una tarta de queso, que para mi fue lo más flojito de todo el servicio. Volvería a repetir mil veces y no puedo dejar de recomendarlo!!
Guadalupe Romero Salinero